POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA IGUALDAD: LA CONCILIACIÓN DE LA VIDA PERSONAL, FAMILIAR Y LABORAL
Siguiendo con la igualdad entre hombres y mujeres, mujeres y hombres (poco importa donde se coloquen los sustantivos, si la igualdad es real), y la política que se ha llevado a cabo siendo exitosa en mejorar la vida sobre todo de las mujeres, a las que en un principio iba dirigida la Política Pública a la que me voy a referir hoy: la Política Pública de Conciliación de la vida personal, familiar, y laboral.
Su ámbito de aplicación es enorme, aplicándose a trabajadores por cuenta ajena, y en algunos casos a trabajadores por cuenta propia (los autónomos) tanto del sector público como del privado, a través de sus normas jurídicas de aplicación obligatoria. Abarca tanto a la familia en sentido estricto, como a la familia extensa, en determinadas situaciones. Es una política intersectorial e interseccional, que aunque no lo pudiera parecer en un principio, está dirigida a modular el papel de cuidadora de la mujer de tal manera que también sea el hombre el que asuma la parte que le corresponde en éste ámbito, incidiendo en la igualdad real de ambos en las situaciones que protege. Estoy hablando de permisos por nacimiento (sea por parto o del progenitor distinto de la madre), de fallecimiento, accidente o enfermedad grave, necesitados de hospitalización o no, de adopción o acogimiento del menor, de lactancia, de flexibilidad horaria, de guarda legal, etc..... que se pueden encontrar de manera muy resumida aquí. Para ello la Administración General del Estado elaboró e implementó el Plan Concilia, cuyo contenido está claramente detallado en el enlace anterior.
Pero ¿por qué es una política pública de igualdad? Se podrá estar de acuerdo o no, pero mi opinión es que a través de la conciliación de la vida personal, familiar, y laboral cuya piedra angular es la CORRESPONSABILIDAD de las obligaciones familiares, también se fomenta el llegar a esa igualdad real. La corresponsabilidad es el reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, tales como su organización, el cuidado, la educación y el afecto de personas dependientes dentro del hogar, con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de mujeres y hombres, de acuerdo con el Instituto de las Mujeres. Por lo tanto la política de conciliación:
- Esta política saca del ámbito privado al que estaban sometidas las situaciones familiares particulares, y del que mayormente se hacían cargo las mujeres, estuvieran trabajando o no, a través de reducciones de jornada no retribuidas, renuncias a trabajos o a parte de su carrera profesional, o renunciando directamente a ser trabajadoras en activo para ocuparse de las situaciones actualmente protegidas por ésta política.
- Favorece que tanto el hombre como la mujer, tengan los mismos derechos y obligaciones respecto a sus responsabilidades familiares con incidencia en las responsabilidades laborales. Por lo tanto, la mujer y el hombre pueden asumir idénticos roles respecto a la familia, de cuidadores, por ejemplo, desde el nacimiento de un hijo, independientemente del tipo de familia que sea, además con idénticos derechos económicos y retributivos.
- La igualdad en esta política es esencial, por ello se garantiza la igualdad retributiva, la igualdad económica, y sobre todo la igualdad en la duración de los permisos o excedencias que, no solo se han ido estableciendo, sino que también se han ido ampliando, y sobre todo fomentando que tanto hombres como mujeres hagan un uso de ello que de lugar al fundamento último que es la corresponsabilidad en sus obligaciones familiares de modo que incida en lograr poco a poco una igualdad en el seno de la familia, que trascienda los clásicos roles de cuidador que nuestra sociedad asignaba casi en exclusiva a la mujer.
- Son los hombres los que tienen que hacer el esfuerzo en aplicar y practicar sobre todo la corresponsabilidad, y las mujeres tienen que asumir que no les corresponde a ellas todo el trabajo de cuidados por naturaleza, porque de eso va todo esto, de compartir las responsabilidades, ya que las administraciones competentes han establecido los mecanismos para llevarlo a cabo. Solo falta llevarlo a cabo, porque la corresponsabilidad también se enseña.
Respecto al impacto que ha tenido, aunque casi siempre ha sido a raíz de introducir los derechos de conciliación en el Sector Público, se han ido extendiendo al Sector Privado, de tal forma que existe poca diferencia en los derechos de los trabajadores de ambos sectores. De hecho, el establecimiento del Plan Concilia de la AGE provocó que se extendiera a otras administraciones públicas y a empresas privadas a través de la implementación de la normativa legal y extensión de la misma en la firma de nuevos convenios colectivos. No existe discriminación en la duración, en los derechos económicos, ni en el género.....pero todavía existe una brecha importante en la concienciación de éstos permisos , ya que hay indicios que es todavía la mujer la que mayoritariamente los solicita, aunque con mayor diferencia en el sector público. Si que es verdad que se ha mejorado mucho la situación y la brecha salarial o económica ha pasado de ser un condicionante a un incentivo, ya que se elimina la barrera económica, pero en materia de igualdad de asunción de responsabilidades familiares, supone una asunción de rol de cuidadora de la mujer, si bien se descarga también de la sobrecarga tradicional de trabajo y familia. Ello no obsta a que a medida de menor edad, haya mas igualdad en la petición de permisos, y a mas edad pues lo contrario. Es un tema de concienciación que se da en otros ámbitos de la igualdad. Para ello está el fomento a través de campañas informativas de las distintas Administraciones Públicas. Un ejemplo el fomento de la corresponsabilidad de los poderes públicos, a través del Instituto de las Mujeres, se puede encontrar en la Guía de corresponsabilidad.
Como punto fuerte de ésta política, hay que hablar del establecimiento de un marco jurídico para una igualdad real y no solo nominal, que da seguridad laboral y económica a las familias y sobre todo a ellas como trabajadoras y como cuidadoras que tradicionalmente han sido. Intenta favorecer el equilibrio tanto de roles en el entorno de los cuidados a través de la conciliación, como el económico a través del establecimiento de permisos retribuidos. Además poco a poco, a través de campañas de sensibilización como de campañas educativas, incide en la consecución de la igualdad real. Todo ello favorece que, la aplicación de ésta política, tanto en el Sector Privado como en el Sector Público se hayan observado unos beneficios no previstos como la mejora del ambiente laboral, la reducción del absentismo, el aumento de la productividad...., aunque a costa del costo monetario y sobre todo organizativo para aumentar la flexibilidad laboral.
Como punto débil de ésta política, a parte del coste económico que supone la implementación de las políticas de conciliación, también existe un coste en términos de flexibilidad de la organización del trabajo, y sobre todo, aun existe un costo de carrera profesional en el ámbito de la mujer. Se debería de favorecer también un aumento de los permisos intransferibles porque, se ha observado que en la medida que son transferibles, son ellas los que hacen un uso de ellos.
Aún queda mucho camino por recorrer, aunque los mimbres ya están puestos, solo hace falta proponérselo.
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